Lo que extraño

En una carta escrita a su padre, Terry Tempest Williams hace una lista de todas las cosas y seres que extraña de su tierra natal en el estado de Utah. Sin dar muchos detalles de las razones por las que se encuentra lejos del desierto en donde creció, escribe las manifestaciones de la naturaleza que hacen parte de su territorio y que añora estando lejos.
Su lista hizo que yo también escribiera la mía. Aunque es un formato práctico —sin frases elaboradas para expresar ideas— creo que captura en esencia las emociones inmediatas que emergen cuando recuerdo el territorio en el que nací y en el que viví hasta mis dieciséis años.
Al terminar la lista me sorprendió mucho todo lo que extraño. Pensé en todos los cuerpos de agua que tocaron mi piel cuando era niña. En los árboles que me enseñaron a contemplar el bosque desde las rocas del río. En las rocas diminutas, lisas y suaves de la quebrada. En las aves, los monos, los roedores y las mariposas. En la lluvia inesperada que cae después del calor sofocante dejando una humedad penetrante en el aire. Todos estos seres (y muchos más) fueron parte de mí y aún me habitan. Son parte de mi paisaje psíquico y emocional, dieron forma a mi relación con el resto del mundo viviente, me permiten encarnarlos desde la distancia.

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Lo que extraño del Caquetá, la región donde nací:

Los paseos de río
Las rocas inmensas del río en donde me sentaba a tomar el sol después de nadar
Los nidos de los pájaros mochileros colgando majestuosos de los árboles
El sonido de las rocas bajo el agua
Los verdes profundos de los árboles de la selva tupida
Los avistamientos de garzas rojas, blancas y negras
La panadería del señor Alemán en Morelia
Las visitas a pueblitos escondidos en la montaña
Los puentes colgantes para atravesar cuerpos de agua
Los chontaduros
Los caimarones
Las guamas
Las frutas de árboles silvestres
Las pomarrosas
El jugo de caña de los puestos en la calle
Los árboles del parque del centro de Florencia
Las palmeras de la calle en frente del colegio en donde estudié
Los paseos a ver chigüiros en su hábitat natural
El pirarucú que vive en el estanque de la plaza principal de Morelia
Los charcos” nuevos para nadar (que siempre habían existido, pero que yo descubría por primera vez)
Las veredas de la región
Los yarumos
Los guayacanes amarillos
El río Caquetá
El río Orteguaza
El río Bodoquero
El río Fragua
El río El Hacha
La quebrada La Perdiz
Los bancos de sardinas en las aguas transparentes de la quebrada
Las cuchas pegadas a las rocas
Las hormigas cargando hojas en fila en la selva
Los paujiles
Los cananguchales
Las guacamayas
Los loritos del parque central de Florencia
Las dantas de montaña
Los armadillos
Los monos
Las borugas
Las ranas de hojarasca
Las ranas de cristal
La mariposa de Muzo
Las heliconias del bosque
La humedad del pie de monte

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La carta que menciono aparece en Erosion: Essays of Undoing.

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